La miel es la transformación del néctar de las flores una vez recogido por las abejas, enriquecido con sustancias propias, madurado en los panales de la colmena y recolectada por los apicultores.
El primer documento histórico que refleja el aprovechamiento de la miel es de hace 9000 años (pintura rupestre de la Cova de L’Aranya, en Bicorp, Valencia)
Gracias al esfuerzo y el buen saber hacer de los apicultores, podemos disfrutar de más de 120 mieles diferentes en la UE.
La miel es un producto vivo, activo biológicamente, por lo que a lo largo de su vida tiene variaciones. Una de las más llamativas es el cambio físico provocado por la cristalización de sus azucares naturales. Suele ocurrir cuando el tiempo refresca, la bajada de la temperatura disminuye la solubilidad de los azucares que la componen. Para que vuelva a su estado liquido, se calienta a fuego lento al baño María, removiendo de vez en cuando hasta que esté totalmente liquida.